Yoga Kriya y Kundalini son dos conceptos dentro del Yoga con una relación especial. En otros artículos te explico tanto qué es la Kundalini, como los métodos para despertar la Kundalini y los signos de ese despertar.
El quinto de los once métodos más destacados es el Yoga Kriya del que te hablo en este artículo.
La palabra Kriya significa actividad o movimiento, de ser consciente y de percibir con atención. También se refiere a los distintos signos que genera la Kundalini cuando se produce su ascenso y por último, Patañjali se refiere a Kriya como la limpieza y purificación física, pero también kármica que es necesaria para su despertar.
Supongo estarás de acuerdo conmigo en que todos tenemos un potencial que está más allá de nuestra imaginación pero que permanece oculto o como dormido. Un estado de la consciencia en el que se manifiesta la divinidad de nuestro interior. Lo que en el budismo se denomina «naturaleza búdica». Cada persona tiene la capacidad de experimentar diferentes planos de la consciencia, pero desafortunadamente la mayoría vivimos en los planos inferiores sin alcanzar aquellos más elevados de la existencia, imaginar o ni siquiera creer que existen, o lo que se puede sentir en ellos. Permanecemos desconectados e ignorantes de nuestra esencia a consecuencia de la ilusión o «maya» en la que estamos inmersos.
Creo tristemente que hay mucha infelicidad y sufrimiento en el mundo. Y no solamente entre los más desfavorecidos, también en aquellas personas a las que aparentemente les sonríe la vida. La razón básica de esta infelicidad radica en la ignorancia que lleva a un apego a lo material, en todas sus formas, de la existencia.
Cuando conseguimos acceder e incluso asentarnos en esos estados más elevados de la consciencia, automáticamente nuestra infelicidad y descontento desaparecen.
Cuanto mayor es el ascenso, mayor es la perdida de identidad individual y más el estado del Yoga o unión, de disolución de la consciencia que reside en nuestro cuerpo físico en la consciencia cósmica. Los límites fabricados por nuestro ego y producto de la ignorancia desaparecen y pasamos a ser el Universo entero. Volvemos a la fuente, a nuestro “hogar”, a la “clara luz”.
Yoga Kriya y Kundalini, por tanto, se asocian ya que el primero es uno de los métodos con el que despertamos y gobernamos la energía espiritual que nos hace alcanzar progresivamente esos estados elevados o «no ordinarios» de la consciencia. Un método de despertar y crecimiento espiritual. Por todo esto es que enseño algunas de sus técnicas en mis cursos y retiros.
Hablar de Yoga Kriya es referirse a un conjunto de técnicas ancestrales dentro del Yoga, además mantenidas en secreto durante siglos, debido fundamentalmente al gran potencial transformador que tienen. Parece un contrasentido frente a todo el sufrimiento que hay en el mundo. Pero, sinceramente, se entiende pues no todo el mundo está preparado para entrar en este camino y practicar estas técnicas.
El Yoga Kriya se ha identificado tradicionalmente con una forma de transmisión y enseñanza puramente oral entre maestro y discípulo. Se centra además en la práctica y experiencia. Llega un momento en que no hay palabras para describir los estados no ordinarios ni la vivencia. Aun así, se pueden encontrar enseñanzas en algunos textos tántricos que fueron recogidas en algún momento de la Historia.
En la práctica del Yoga Kriya más que la concentración, lo más importante es ser consciente, mantener máxima atención sobre pensamientos u objetos, internos o externos, en los distintos estados de la consciencia, en las experiencias no ordinarias y energéticas que se puedan vivir sin necesidad de estar focalizados exclusivamente en ellos.
Todo el Yoga Kriya consiste en alrededor de 70 técnicas, de las que alrededor de 20 son los más conocidas. Cada una es una combinación de:
- ejercicios de respiración o Pranayamas más intensos, profundos o “superiores” que los demás,
- el desarrollo de alguna postura física o Asana,
- el ejercicio de movimientos corporales más o menos enérgicos (como giros, saltos, etc.) específicos para el movimiento de la Kundalini,
- unas determinadas meditaciones.
El Yoga Kriya no es fácil. Requiere de una correcta y profunda preparación previa.
Tanto a nivel físico como mental. Por tanto es esencial:
- El control del cuerpo y la salud; el suficiente para realizar las prácticas yóguicas. Hay que mantener una rutina de Asanas o posturas físicas, Pranayamas y técnicas de limpieza y purificación o Shaucha.
- Tener capacidad para la ejecución de Mudras y Bandhas. Técnicas físicas y posturas y determinadas contracciones musculares para dirigir la energía vital y la Kundalini a los centros energéticos al igual que para estimular el sistema nervioso y la secreción endocrina.
- Desarrollo del control de la respiración mediante Pranayamas y la consciencia y atención sobre ella. Son utilizadas entre otras, la respiración psíquica (Ujjayi), la de fuego, Kapalbhati y más intensamente Sakriya Dhyan.
- Conocimiento de los centros energéticos o Chakras y de los movimientos psíquicos o flujo de la energía por los canales o Nadis. Por donde la Kundalini asciende y la energía Prana o consciencia psíquica se mueve. El flujo se produce por el cuerpo energético o Pranamaya Kosha y la Kundalini asciende por el canal central o Shushumna en el centro de la espina dorsal. Aunque teóricamente es fácil describirlos es difícil percibirlos.
Este movimiento energético es el núcleo de la práctica en el Yoga Kriya y Kundalini. Conocer y tener consciencia de la espina dorsal y los canales psíquicos o Nadis es muy importante pues, por un lado conduce a una relajación del cuerpo y la mente mediante la estimulación del sistema parasimpático y por otro expande la consciencia hacia los estados elevados o también “no ordinarios”.
El linaje de esta técnica se remonta en tiempos modernos a Mahavatar Babaji que se cree vivió en el siglo XIX; hay una leyenda entorno a si este yogui existió realmente. A partir de ahí siguió a Lahiri Mahasaya que lo pasó a Sri Yukteswar y este a Yogananda.
A través de los linajes de otros discípulos de Lahiri Mahasaya ha llegado a los últimos actuales, entre los que están Swami Satyananda, Hariharananda Giri o Swami Yogeshwaranand Saraswati.
El camino que nos asusta es el correcto