El solsticio de invierno es un momento especial de introspección y de conexión en el que encontrarnos a nosotros mismo y hacer revisión a través de algunas prácticas sencillas que nos pueden llevar a tomar más consciencia de en qué momento de nuestras vidas nos encontramos.
Un solsticio es el momento del año en el que el Sol alcanza su máxima declinación norte o su máxima declinación sur con respecto al ecuador terrestre. O dicho de otra manera, el momento de máxima inclinación de la Tierra. Cuando la desigualdad entre el día y la noche es máxima. Ocurre dos veces al año: en junio y diciembre.
Al que sucede en diciembre en el hemisferio norte se le llama “solsticio de invierno” y es el día más corto del año, aunque la duración es variable dependiendo del lugar. En este hemisferio, el solsticio señala el paso del otoño al invierno.
Durante el solsticio de invierno el Sol se detiene durante 3 días en su punto mínimo en su viaje descendente sobre el firmamento antes de empezar a elevarse y llegar de nuevo al punto del siguiente solsticio seis meses después. El proceso se repite anualmente si bien, debido a la precesión de los equinoccios, el lugar del zodiaco donde tiene lugar no es siempre el mismo. De acuerdo a la Astrología védica, como explico en el artículo Astrología, una diferencia esencial entre védica y occidental, en esta época el solsticio tiene lugar en la constelación de Sagitario o Dhanu.
Desde la antigüedad y quizá porque el ser humano observaba más el cielo y sentía más su conexión con la Naturaleza, el solsticio al igual que el equinoccio y resto de movimientos celestes eran fenómenos perfectamente conocidos y predichos.
Las diferentes culturas y civilizaciones que se han sucedido a lo largo de la Historia han considerado el solsticio un momento especial.
En el caso del solsticio de invierno sobre todo las culturas nórdicas celebran lo que denominan el renacimiento del Sol ya que empieza poco a poco a ir manifestándose a través fundamentalmente de un mayor tiempo de presencia y en donde la luz vuelve poco a poco y día tras día a estar más presente.
Por ese carácter especial, el solsticio de invierno ha estado vinculado a lo largo de la historia al nacimiento de seres que podríamos llamar de luz, como fue Horus en el antiguo Egipto asociado en el mundo griego a Apolo, Mithras en Persia, o en el caso del cristianismo al nacimiento de Jesús.
Para la tradición védica el solsticio de invierno igual que el de verano es un momento en los que se abre la puerta de conexión con los ancestros.
El Sol es el astro rey, el dador de vida, sin su luz la forma de vida que conocemos no sería posible y nuestra existencia tampoco. Nos conecta con el centro de la Galaxia y con el resto del Universo. Representa el poder de sanación, lo más elevado de nosotros. Su naturaleza sátvica nos impulsa a buscar nuestro centro, nuestra más pura esencia.
A su paso por Sagitario en el solsticio de invierno, signo gobernado por Júpiter, el gurú, el maestro, de acuerdo siempre a la Astrología védica, el Sol nos imprime de una energía especial y orientada hacia la búsqueda de la verdad, el conocimiento, la sabiduría y en última instancia a la felicidad que resulta de la liberación del sufrimiento.
Con la puerta abierta de conexión con los ancestros, la dirección hacia la búsqueda que nos proporciona el Sol en Sagitario, el estado de introspección en el que nos encontramos y se encuentra toda la Naturaleza por ser mínima la energía que nos llega del Sol y, puesto que para la sociedad occidental estamos próximos a concluir el ciclo de un año, el solsticio de invierno es un momento para hacer revisión.
A través de prácticas yógicas y de rituales de iniciación podemos acceder a experimentar la vida desde una perspectiva aún mayor y más completa, pues la puerta esta abierta.
Recomendaciones
Como practica personal para el solsticio de invierno te recomiendo:
Si practicas Yoga y lo conoces, realizar el Surya Namaskar o saludo al Sol.
Manten una luz encendida durante todo el día, especialmente durante la noche, vela o fuego, como forma de sostenimiento en la noche de esa luz solar y, lo que para mi es más importante, como forma de ofrenda para llevar luz a los seres y almas que están migrando y puedan ser capaces de traspasar la puerta y aliviar su sufrimiento.
Al margen de cualquier rito de iniciación que siempre necesita de un maestro o maestra cualificados, puedes llevar a cabo una meditación reflexionando sobre la conexión de cada uno de nosotros con el resto de seres, con el entorno natural inmediato, el planeta Tierra y el Universo entero. El lugar que ocupamos y la unión que tenemos con este “todo” pues somos parte de él: meditar en la dependencia de todo con todo.
Por último, algo que le debo a una gran amiga y maestra de Yoga, Teresa Márquez San Martín (Saraswati Devi), después de la sesión de meditación anterior, es muy bonito y enriquecedor escribir en papelitos todos aquellos deseos, sin límite, que queráis se hagan realidad en el próximo año, guardarlos en un lugar precioso (altar, etc.) y no abrirlos hasta el siguiente solsticio de invierno que viene.
El camino que nos asusta es el correcto,
Gracias por compartit con nocotros tu sabiduría:- Octavio Augusto Neira Pavón
Gracias por seguirme
David, eres una inspiración para mi.
Te conozco a través de Paz y de alguna manera, ambos, atraéis la luz a mi
Namaste
Gracias a ti por tu interés. Namasté
Interesante información compartida para vivir el solsticio de manera especial, la astrología védica es fascinante! Gratitud! Namaste!
Me alegro te resulte interesante. Namasté