
El próximo 21 de diciembre de este año a las 16:28 hora UTC o dicho de otra manera, hora británica, que serán las 17:28 horas en España, tendrá lugar para el hemisferio norte el solsticio de invierno 2017, en donde el Sol se sitúa en el punto más bajo cuando alcanza el cenit de todo su recorrido a lo largo del año y donde la diferencia entre las horas de luz solar y de oscuridad es máxima aunque variable dependiendo donde estés. Por tanto, en este solsticio de invierno 2017 el período de luz solar será el menor de todo el año.
En un artículo anterior titulado: “Solsticio de invierno, un momento para hacer revisión”, te contaba que para la Astrología védica este fenómeno tiene lugar cuando el Sol pasa por la constelación de Sagitario (sánscrito, Dhanu) y te hacía referencia a otro artículo en donde te explico por qué esta determinación es real y observable pero en cambio no coincide con lo que establece la Astrología occidental.
El Sol en su recorrido a lo largo del zodiaco estará en este solsticio de invierno 2017 en la constelación de Sagitario y concretamente en la Nakshatra o mansión lunar de Mula, de la que te hablé también en el artículo “Saturno en Sagitario, un nuevo tiempo”, al estar este otro planeta actualmente situado en esta mansión lunar.
Mula es un conjunto de nueve estrellas al que los antiguos astrólogos védicos en observación directa decían se parecía a la cola de un león. De las nueve, las más brillantes son las que modernamente se han denominado Shaula y Lesath. Aunque astronómicamente están al final de la constelación de Escorpio, en lo que sería el aguijón, en la Astrología védica forman parte de Sagitario. Su ubicación corresponde a donde se sitúa el centro de la Vía Láctea, por lo que si durante la noche miras hacia este grupo de estrellas o esta Nakshatra, estarás mirando hacia el centro de nuestra galaxia. El solsticio de invierno 2017 y todos los de invierno en general, suceden cuando el Sol transita Mula, de ahí que para la Astrología védica el solsticio de invierno como también el de verano sean momentos especiales en los que se puede establecer una conexión con lo ancestral, con lo antiguo, con nuestros orígenes, nuestras raíces, nuestro karma antiguo y familiar a través de la conexión con los ancestros, con nuestros antepasados.
De hecho, Mula significa en sánscrito “raíz”, está vinculada con la deidad Nirrhiti, diosa de los reinos ocultos de muerte, dolor y pena y asociada a la diosa Kali. Es por tanto un momento especial de introspección y de conexión con nosotros mismos y con todo aquello que va quedando atrás en nuestro viaje de la vida.
Este solsticio de invierno 2017 además cuenta con varias diferencias astrológicas con respecto a anteriores.
El Sol llega a Sagitario, concretamente a Mula pero no está solo. Por esta Nakshatra también se encuentran transitando Saturno y Venus. Estamos además en una nueva fase de Sade Sati con todos los planetas entre Rahu y Ketu, los dos nodos lunares; fase que se inició el 8 de diciembre y terminará el 22 de diciembre. Los Sade Sati son siempre periodos de tensión y transformación. Una energía presente en este momento que, aunque pueda parecer lo contrario, está aportando positivamente a este solsticio de invierno 2017. Además Júpiter y Marte están en Libra, la sabiduría se ve alentada por la fortaleza y Mercurio retrógrado en Escorpio incrementa su intensidad en el signo de la transformación. Ocho de nueve planetas (Júpiter, Marte, Mercurio, Saturno, Venus, Sol, Luna y Ketu) se encuentran situados en el espacio celeste que hay entre Libra y Capricornio (cuatro constelaciones, 120 grados de arco de cielo).
Con este mapa celeste, en el solsticio de invierno 2017 se encontrarán dos planetas de energías complementarias, Venus y Saturno, con el Sol de energía contrapuesta y por tanto generando tensión y enemistad. Una importante concentración energética planetaria que se producirá en la Nakshatra de Mula y dentro de 4 grados de arco de diferencia. De hecho, el Sol bloqueará casi en su totalidad a Saturno y en más de un 50% a Venus.
Después de un año movido con bastantes cambios en el cielo, para este solsticio de invierno 2017 se establece un momento astrológico muy especial, con una energía global que favorece el poder realizar un trabajo de introspección de reflexión profunda y de conexión con nuestro interior.
El Sol como astro rey y dador de vida representa el Atman, nuestro ser, nuestra naturaleza esencial, primordial y primigenia. Nos conecta con el centro de la Galaxia y por extensión con el resto del Universo, por lo que nos une con el origen de todo y con nuestro origen; de donde venimos y hacia donde nos dirigimos.
Al bloquear la energía saturniana en este solsticio de invierno 2017 y la del deleite y las distracciones mundanas, el Sol nos está ayudando a liberar, facilitando la posibilidad de “sanar” y purificar nuestro karma para avanzar en la vida hacia nuevas orillas más felices, plenas y dichosas en donde nos podamos encontrar con nuestra esencia y experimentar un mayor estado de gozo. Quizá, y ya a nivel individual, para muchas personas esta tarea no sea producto de una situación placentera, por ejemplo si están en el periodo personal de Sade Sati, pero en cualquier caso, debemos pensar que es en los momentos más desagradables y duros, cuando el karma fructifica para ser reconocido y purificado o sanado.
En el artículo “Solsticio de invierno, un momento para hacer revisión” te hacía una serie de recomendaciones de practicas o actividades que puedes realizar este día; pero para este solsticio de invierno 2017 te planteo una meditación diferente que puede ser complementaria a la que te proponía en ese artículo.
En la conexión con la raíz, la nuestra personal que tiene una vinculación directa con nuestros ancestros pues a través de ellos estamos aquí, puedes realizar una meditación dirigida a tu “niño interior” a intentar rememorar momentos y situaciones de tu infancia e intentar conectar con el estado de inocencia y pureza que en ella tuviste hasta que los avatares de la vida, tu karma personal, te llevaron a ir poco a poco cubriéndolo y encerrándolo como capas de una cebolla, en una jaula dorada. Intenta conectar con ello. Un trabajo de intentar reconocerte de nuevo como un niño y sintonizar con el que permanece escondido en tu interior. Con su frescura, su espontaneidad, su alegría, su sensación de libertad.
Después de esta meditación puedes realizar la actividad de “los papelitos”, algo que les gusta mucho a mis estudiantes y alumnos y que te explico con detalle en el artículo anterior citado.
Por último, por supuesto si estás comprometido con alguna práctica yóguica, espiritual o Sadhana, es un día muy especial y auspicioso para intensificar tu práctica.
El camino que nos asusta es el correcto,
Muchas gracias Maestro por todas tus enseñanzas que aplico cada día. Desde mi corazón Namasté.
a tí