«Soy como soy y me acepto»
me llamo David Illán,
soy maestro de Yoga clásico y astrólogo védico
Mi objetivo es acompañarte y ayudarte en el camino de autoconocimiento y crecimiento personal y espiritual
Enseño Yoga y meditación desde una perspectiva profunda espiritual y filosófica, no solo para conseguir un mayor bienestar físico y mental sino también, desde la sabiduría de este conocimiento milenario, para entender un poco más de qué va esto y vivir con la mayor felicidad.
Como astrólogo védico te ofrezco orientación y respuestas, desde una astrología ancestral originaria de India, para una mayor comprensión personal y de tu camino de vida.
«Conócete a ti mismo»,
esto es para mí la auténtica espiritualidad
Mi experiencia
- Debido a una grave enfermedad, empecé a practicar Yoga en España. Pero fue en Bihar durante los años que viví en India, donde estudié en profundidad Yoga clásico con Swami Acharya Gopal según la tradición clásica de Shri Krishnamacharya y Patañjali. De Swami ji aprendí casi todo lo que sé sobre Yoga y recibí su autorización para enseñarlo tal y como lo hizo conmigo. Me formé también con otros maestros como Yogacharya Mani Chaitanya del Sivananda Yoga Vedanta Dhanwantari Ashram en Delhi o Swami Prangyananda Saraswati del Yoga Niketam Ashram en Rishikesh que me instruyó en Yoga Kriya y Yoga Kundalini.
Astrología védica la estudié de forma privada con los astrólogos indios Shri Jagdish Ram Shastri y Sunil Kaura del Indian Institute of Vedic Astrology. Como seguidor de la doctrina de Buda, me interesé por la Astrología tibetana de la que recibí enseñanzas por parte del astrólogo tibetano Tenzin Tsewang del Monasterio de Tashi Choeling (India).
En la Library of Tibetan Works & Archives en Dharamsala (India) estudié Filosofía budista; además he tenido la inmensa fortuna de recibir enseñanzas de grandes maestros del budismo tibetano, theravada e hinduismo.
Trabajé como coordinador espiritual (SPC) en el centro de meditación budista Root Institute en Bodhgaya (India).
Soy Doctor en Química Inorgánica, Máster en dirección de empresas y Máster en dirección financiera. Realicé también los estudios de doctorado en Tecnología de Alimentos por la Universidad de Murcia (España).
Antes del punto de inflexión que me llevó al Yoga, la astrología védica y la meditación, trabajé como ejecutivo e investigador científico.
Actualmente presido y trabajo en el “Instituto Dharma Vida”
Una primera etapa
Procedo de una familia humilde de agricultores en la que el vínculo y apego a la tierra es importante. Al principio de mi vida era muy dinámico y activo y ya en mi familia era un poco «patito feo».
Pienso estaba en una constante búsqueda inconsciente de prueba y error hasta llevarme a ser empezar ahora a ser consciente de donde me encuentro.
De muy joven me gustaba leer aquellos libros esotéricos de Lobsang Rampa (el tercer ojo, médico en Lhasa, el ermitaño,…).
Siempre me gusta contar, y contigo no voy a ser menos, que en mi juventud participé en obras de teatro clásico y especialmente de Federico García Lorca, un poeta español cuya sensibilidad me marcó profundamente.
Cuando terminé los estudios de Química trabajé como investigador científico en la universidad. Me dedicaba también a ir de casa en casa enseñando Física y Química y así me costeaba también mis estudios. Posteriormente cuando me marché de la universidad y a una edad bastante joven, empecé a trabajar en empresas como químico ejecutivo.
Metamorfosis
Llegó un momento que experimenté un sentimiento que creo me acompañó toda mi vida:
un gran vacío interior, la puerta del despertar
Me sumí en un proceso de autodestrucción donde nada tenía sentido. La enfermedad además avanzaba deprisa. Decidí entonces abandonarlo todo y emprendí un camino sin camino intentando saber quien era, si esto tenía sentido y cual era mi lugar en la vida.
Empecé a practicar Yoga, asistí a terapias, talleres, fui a la selva amazónica en Perú junto con algunos chamanes y sus plantas sagradas.
Aprendí meditación con monjes budistas, hasta que viajé a India, donde fijé mi residencia. Busqué a alguien que me enseñase Yoga y al ver que junto a la meditación y la filosofía budista era lo que me estaba ayudando, me dediqué totalmente a su estudio.
Fue en India a través de un astrólogo indio que descubrí la Astrología védica y con ella mucho del conocimiento que necesitaba sobre mi vida. Fue como un atajo. Quise seguir buscando respuestas y al ver su relación a través de los Vedas con el Yoga clásico, decidí estudiarla.
Desde entonces intento vivir de acuerdo a esta sabiduría y conocimiento y
mi única meta es la de ser feliz
Lo que consideré durante mucho tiempo una vida dispersa con una frase que resonaba una y otra vez en mi cabeza: «sabedor de mucho, maestro de nada» veo ahora y me alegro, me hace tener una visión amplia de la ciencia, la filosofía occidental y oriental, la psicología y lo más importante, la vida.
Tengo la suerte de conocer a muchas personas maravillosas: grandes yoguis y maestros de Yoga, astrólogos y maestros espirituales. Recibí un gran regalo: encontré a mi maestro, un Buda viviente conocedor de los tres tiempos, la inspiración, el espejo, el faro que ilumina mi camino. Los primeros los considero buscadores de la felicidad, el amor y la belleza. Los astrólogos me enseñaron a ver la conexión entre el Universo exterior y nuestro interior. Los grandes maestros espirituales me sostienen con sus palabras y con su ejemplo. Swami ji me dejó una tarea:
«Cuando vuelvas a tu país enseña Yoga»
Presente
Recuerdo al gran y desaparecido investigador y psiquiatra Fernando Jiménez del Oso decir que no había ninguna pastilla que recetase a sus pacientes que no hubiese tomado él antes. En este sentido, sigo estudiando, practicando y descubriendo técnicas de esta inmensa sabiduría para seguir conociéndome y mantener el rumbo a mi vida.
Valoro mucho a las personas que su motivación les lleva a estudiar y practicar por si mismas hasta convertirse en expertas aquello que les hace felices pues,
yo también me considero bastante un autodidacta
Nunca llegué a pensar que iba a terminar enseñando Yoga. Pero la vida me ha puesto delante seguir el consejo de Swami ji.
Y no es de extrañar, pues con el Sol en Leo y en la cúspide de la casa 8, me toca experimentar la transformación personal para aprender en propias carnes y poder ayudar y acompañar en su desarrollo personal a todas aquellas personas que buscan un despertar espiritual, ser felices y estar en paz. Que para mi no es ni más ni menos que la frase de entrada: «Soy como soy y me acepto».
Siempre te firmaré los artículos con esta frase, porque para mí es una auténtica lección
«El camino difícil es siempre el correcto»
David Illán