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Samatha en sánscrito y pali, o Shyiné en tibetano, es una meditación conocida también como «calma mental» o «quedarse en calma», es una práctica budista destinada a desarrollar la concentración y la tranquilidad. Es una técnica milenaria que ha sido transmitida de generación en generación por maestros espirituales, y su propósito principal es calmar la mente y estabilizarla para poder acceder a estados más profundos de meditación y comprensión, lo que se llama Vipassana.
En un artículo anterior te contaba qué es la meditación Samatha y como practicarla y te explicaba qué es desarrollar una mente enfocada y clara, libre de distracciones y turbulencias. Tradicionalmente, el progreso o evolución hacia esa paz mental profunda y estabilidad interna se ha dividido en una serie de estados, etapas o en una forma más poética «moradas mentales». Kamalasila, un sabio erudito indio de la universidad monástica de Nalanda, que vivió en el s. VIII y viajó al Tibet para difundir el budismo, dice que una persona que practica la meditación Samatha tiene que pasar por nueve moradas hasta llegar a la décima, el propio estado de Samatha.
Las Nueve Etapas de la Meditación Samatha
En el camino hacia la calma mental, cada etapa representa un nivel de desarrollo en la capacidad de concentración y estabilidad mental.
1. Establecimiento de la Mente
La primera etapa, conocida como «establecimiento de la mente», es cuando comenzamos a entrenar nuestra capacidad de concentración. En esta fase, nuestra mente está dispersa, con mucho «ruido» y se distrae con facilidad. El objetivo es mantener la atención en el objeto de meditación, que podría ser la respiración, una imagen mental o un mantra. Durante esta etapa, la mente tiende a vagar frecuentemente y, por tanto, debemos traerla de vuelta al objeto de meditación repetidamente.
2. Continuidad de la Mente
En la segunda etapa, llamada «continuidad de la mente», se mejora la capacidad de mantener la atención en el objeto de meditación por períodos más largos. Aunque las distracciones siguen presentes, el practicante es capaz de reconocerlas más rápidamente y regresar la atención al objeto de meditación con mayor facilidad. La mente empieza a estabilizarse y las interrupciones disminuyen.
3. Reinstalación de la Mente
La tercera etapa es la «reinstalación de la mente». En esta fase, la mente todavía se distrae, pero el practicante puede traerla de vuelta al objeto de meditación de manera más eficiente. Hay un reconocimiento más rápido de la distracción y una reinstalación más eficaz de la atención. Esta etapa marca un progreso significativo en el control de la mente.
4. Tranquilización de la Mente
En la cuarta etapa, «tranquilización de la mente», se experimenta una reducción considerable en las distracciones. La mente comienza a encontrar una paz y estabilidad creciente. Las interrupciones se vuelven menos frecuentes y menos intensas, permitiendo períodos más largos de concentración ininterrumpida. El practicante empieza a experimentar un nivel básico de calma mental.
5. Control de la Mente
La quinta etapa, «control de la mente», se caracteriza por un control aún mayor sobre las distracciones. El practicante puede mantener la concentración durante largos períodos sin perder el enfoque. Las perturbaciones mentales se vuelven esporádicas y de corta duración, lo que permite una meditación más profunda y estable.
6. Pacificación de la Mente
En la sexta etapa, «pacificación de la mente», las distracciones externas y las perturbaciones internas disminuyen significativamente. La mente se vuelve más serena y menos reactiva a estímulos externos. El practicante experimenta una tranquilidad profunda y un control casi total sobre la atención.
7. Completa Pacificación de la Mente
La séptima etapa, «completa pacificación de la mente», se alcanza cuando la mente está casi completamente libre de distracciones. La concentración es firme y estable, y el practicante experimenta una calma profunda y sostenida. La mente está en un estado de equilibrio y claridad, con muy pocas interrupciones.
8. Unificación de la Mente
En la octava etapa, «unificación de la mente», el practicante logra una integración completa de la mente y el objeto de meditación. La concentración es inquebrantable y la mente se siente unificada y armoniosa. Hay una sensación de unidad y cohesión en la experiencia meditativa, con una claridad y estabilidad excepcionales.
9. Equilibrio Mental
La novena y última etapa es el «equilibrio mental». En esta fase, la mente alcanza un estado de equilibrio perfecto y serenidad total. El practicante experimenta una paz profunda y constante, sin ningún esfuerzo consciente para mantener la concentración. La mente se ha estabilizado completamente y ha alcanzado su máximo potencial de calma y claridad.
10. Samatha
El estado permanente de la calma mental.
Beneficios de la Práctica de Samatha
Por recordar un poco, la meditación Samatha ofrece numerosos beneficios para la mente y el cuerpo. Al progresar a través de las nueve etapas, podemos experimentar:
- Reducción del estrés y la ansiedad: la concentración y la calma mental ayudan a aliviar el estrés y la ansiedad, promoviendo un estado de relajación y bienestar.
- Mejora de la concentración y la claridad mental: la práctica regular de Samatha mejora la capacidad de concentración y la claridad mental, lo que puede beneficiar el rendimiento en diversas áreas de la vida.
- Aumento de la estabilidad emocional: la calma mental cultivada a través de Samatha contribuye a una mayor estabilidad emocional y una mejor capacidad para manejar las emociones.
- Desarrollo de la paz interior: la paz y la serenidad alcanzadas en las etapas avanzadas de Samatha conducen a un estado de bienestar y felicidad interior.
Por tanto, la meditación Samatha es un camino gradual y transformador hacia la calma mental. A través de las nueve etapas, desarrollamos una mente estable, clara y serena. Aunque el viaje puede ser desafiante y requiere práctica constante, los beneficios de alcanzar un estado de calma mental profunda y sostenida son inmensos. Al integrar Samatha en la vida diaria, podemos experimentar una mayor paz interior, claridad mental y bienestar general.
La práctica de Samatha es un testimonio de la capacidad humana para cultivar la paz y la estabilidad mental, y ofrece una guía valiosa para aquellos que buscan una vida más tranquila y equilibrada en medio de las turbulencias del mundo moderno.
En un mundo tan lleno de estímulos, internet, etc., en donde no somos capaces ya de mantener el ritmo y, en el caso de los niños empiezan a aparecer diagnósticos como déficit de atención, etc., la práctica del Samatha es la cura.
El camino que nos asusta es el correcto
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