
Desde que nacemos hasta el último momento de nuestra existencia, pasamos por diferentes etapas de la vida bajo determinadas influencias astrológicas.
Etapas de la vida que pueden ser de extroversión o introversión, fluidez o rigidez, de obstáculos o bonanza, de alegría y tristeza, de éxitos o fracasos, más mundanas o más espirituales, más largas o más cortas. Todos los seres humanos en algún momento y a través de la reflexión podemos ser conscientes de estas etapas de la vida, de las que en algunos casos llegamos a establecer con cierta exactitud sus momentos de inicio y de final, pensemos por ejemplo en una relación sentimental, en una enfermedad, en un trabajo, en un tiempo de residencia en algún lugar, etc.
En otros casos, las etapas de la vida tienen repercusiones más sutiles y por tanto los inicios y los finales son más difíciles de establecer lo cual no quiere decir por ello que no estemos inmersos en alguna y, para la Astrología védica por tanto, bajo la influencia de algún planeta.
Todas las etapas de la vida vienen establecidas y definidas por el karma con el que venimos a esta vida y se manifiestan de acuerdo a él, tanto sus inicios y finales como el tipo de experiencias y afecciones a las que estaremos sometidos.
En Astrología védica podemos estudiar las etapas de la vida mediante cálculos derivados de la carta astral.
Estos cálculos nos llevan a configurar un sistema sucesivo de períodos temporales llamado Dasha.
Dasha en sánscrito significa “estado”, “circunstancias”, “período de vida” y es un sistema singular y único para evaluar los efectos de los planetas a lo largo de la vida de una persona. Estas etapas de la vida están gobernadas o bajo la influencia principal de uno de los nueve planetas utilizados en la Astrología védica. Al analizar el desarrollo de cada uno de los períodos se deberá tener en cuenta las cualidades y situación en la carta astral o carta natal del planeta que lo rige.
Hacer predicciones de futuro en Astrología es complicado y difícil, de ahí la importancia de este sistema.
Cuando llevamos a cabo la predicción de las etapas de la vida de una persona, nos podemos encontrar con dos casos extremos:
Cuando el planeta es benéfico, exaltado o poderoso y está en una buena situación en la carta astral, entonces el período que gobierna será benéfico para la persona;
el otro, cuando el planeta se encuentra debilitado, entonces su período se caracterizará por incertidumbres, resultados y situaciones no deseadas.
Entre estos dos supuestos hay una gran variabilidad de matices y colores astrológicos.
De la misma manera, los cálculos nos pueden llevar a un mayor afinado de predicción ya que los períodos planetarios se dividen en sub-períodos y estos a su vez en otros sub-sub-períodos, gobernados todos ellos entre sí por los nueve planetas hasta llegar a 5 niveles de profundidad.
Uno de los sistemas o Dashas más utilizado es el denominado Vimshottari que significa literalmente 120.
En este sistema se asume que la duración máxima de la vida de un ser humano es de 120 años lunares, que equivalen a 116,4 años solares, los mismos que se dan en el Chāndogya, uno de los Upanishad más importantes dada la cantidad de menciones que se hacen de él en los textos védicos.
Los nueve planetas o Grahas que se utilizan en la Astrología védica, que son las dos luminarias, los cinco planetas clásicos y los nodos norte y sur de la Luna, llamados Rahu y Ketu se distribuyen con los siguientes años de influencia:
Sol 6, Luna 10, Mercurio 17, Marte 7, Venus 20, Júpiter 16, Saturno 19, Rahu 18 y Ketu 7
Nuestro karma también nos lleva a entrar en esta vida bajo la influencia de un planeta en concreto, lo que para cada persona es diferente.
Todos estamos bajo estas etapas de la vida astrológicas, aunque la mayoría no experimentaremos todos los períodos ya que cubren un total de 116,4 años solares.
Con mi experiencia de vida algunos de ellos por los que he pasado han supuesto cambios profundos en mi vida y en la forma de vivir. Saber de antemano la consecución de las etapas de la vida, nos lleva a aceptar los períodos en los que por nuestro karma nos vemos bajo la influencia de un planeta tanto si esta bien situado como si no en nuestra carta astral, a no tener miedo a los cambios que bajo su período se producirán y a vivir la vida con más plenitud.
El camino que nos asusta es el correcto,
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