El Yoga supongo que será un concepto que te resultará familiar y que posiblemente lo relaciones a posturas y ejercicios físicos. Pero si lo conoces en más profundidad, sabrás que no es solamente eso.
De forma muy resumida, el Yoga es una filosofía de vida y una de las prácticas física, mental y espiritual más antiguas y refinadas que surgió en India hace varios miles de años. Esta basada en las leyes de la Naturaleza por lo que cuando conseguimos que forme parte de nuestra vida diaria estamos viviendo de acuerdo a las mismas y por tanto en armonía y equilibrio con la Naturaleza. Puesto que la Astrología védica también se sustenta en estas leyes y sus ciclos hay una relación muy directa entre ambas disciplinas del Yoga y la Astrología védica.
El Yoga trabaja a todos los niveles de la persona, físico, vital, mental, emocional, psíquico y espiritual. Con el Yoga buscamos equilibrar y armonizar el cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu con lo que estamos también armonizando las energías y las influencias planetarias. Este trabajo se realiza a través de la práctica de una serie de técnicas:
- Asanas, (posturas físicas),
- Pranayamas, (técnicas de respiración para el control de la energía vital),
- Pratyahara, (introspección mediante el control mental y sensorial),
- Dharana, (concentración),
- Dhyana, (meditación),
- Samadhi, (integración)
a las que en el Yoga Clásico y otras escuelas que siguen las enseñanzas de los Sutras de Patañjali incorporan estas dos siguientes hasta hacer el número de ocho:
- Yamas (compromisos éticos, como la no violencia, la honestidad, no robar, preservar la energía sexual, contento) y
- Niyamas (costumbres, hábitos o disciplina).
A modo de curiosidad, estas denominadas «ocho ramas» de Patañjali son las enseñanzas que yo sigo en mi práctica yóguica y que te recomiendo, sobre todo porque en el mundo occidental en el que como yo quizá vivas y pertenezcas, las dos últimas, mantener una ética y llevar a cabo unas costumbres y una disciplina lo más saludables posible son hoy más que nunca muy necesarios.
Como el Yoga es una disciplina muy amplia y compleja con numerosas ramas (Raja, Hatha, Ashtanga, Kundalini, etc) y de la que se han escrito muchísimos libros, en este artículo solamente te hablo de la relación entre las Asanas o posturas físicas del Yoga y la Astrología védica. Si te interesa la de alguna de las otras técnicas del Yoga con la Astrología védica, escríbeme.
Existe una asociación entre los planetas y las posturas del Yoga
Algo que descubrimos cuando comprendemos el significado y naturaleza de los planetas y conocemos estas posturas. A partir de ahí sabiendo cuales son aquellos que en tu carta astral natal están ejerciendo una influencia desfavorable, tanto generando obstáculos como mostrando su lado negativo o, aquellos que están condicionando la etapa de la vida en la que te encuentras, puedes dirigir u orientar la práctica del Yoga a estos planetas o energías y por tanto trabajar más o incidir en determinadas asanas o grupo de asanas.
Por ejemplo, la postura del guerrero (Virabhadrasana) está asociada con Marte, el planeta de la lucha y el conflicto al igual que del valor y el coraje; de ahí que sea una buena postura a trabajar en sus diversas variantes si tienes problemas con este planeta.
La postura de la danza (Natarajasana), basada en la famosa danza de Shiva, está vinculada con Venus el planeta de las artes y la danza.
Todas aquellas posturas de Yoga que por ejemplo trabajen la zona pélvica en donde reside el segundo chakra están relacionadas con Júpiter o las que trabajan la zona del cuello con Mercurio o la apertura y expansión del pecho como la del pez (Matsyasana) con Venus.
Aunque están asociadas a ellos, las posturas del Yoga no son exclusivas de un sólo planeta y la práctica de un grupo establecido de asanas en una sesión completa de Yoga te puede llevar a fortalecer por un lado y equilibrar la influencia que las energías planetarias ejercen sobre ti a nivel general o en un momento de tu vida en particular.
Pero no solamente eso. En la medida que los planetas gobiernan signos, casas, mansiones lunares o Nakshatras y otros elementos astrológicos, también existe el vinculo de las posturas de Yoga con ellos.
Otro ejemplo: las asanas relacionadas con alguno de los elementos (tierra, aire, fuego, viento, éter) también lo están con el ascendente o signo védico que tengas. Por ejemplo si eres Géminis, Libra o Acuario te irán bien las posturas de equilibrio como la del árbol (Vrksasana).
Desde mi punto de vista, como Yogacharya y astrólogo védico, hay dos importantes series de posturas que te recomiendo formen siempre parte de tu práctica de Yoga y que incluso incorporan en sus nombres el de los planetas a las que están vinculadas. Me refiero a
el saludo al Sol (Surya Namaskar) y el saludo a la Luna (Chandra Namaskar)
Las dos están consideradas y pueden convertirse en una práctica espiritual completa en si mismas, ya que incluyen Asanas, Pranayamas y pueden incorporar técnicas de meditación y recitación de mantras.
El saludo al Sol tiene un efecto revitalizador sobre la energía solar de nuestro cuerpo. Sobre nuestro ser, sobre nuestra parte masculina, facilitando la disolución de nuestro ego. Su práctica genera prana: la energía sutil que circula por el cuerpo energético. Gracias a ella y a su libre flujo puedes disolver bloqueos físicos y alcanzar niveles de realización que para la Astrología védica significa equilibrar las influencias planetarias adversas.
El desarrollo del Surya Namaskar mediante una secuencia rítmica, estable y energética hace que entres en sintonía y reflejes los ritmos del Universo. El saludo al Sol representa además las 24 horas del día, los 12 signos del zodiaco y los bio-ritmos del cuerpo, lo que nos lleva a generar una fuerza o energía transformadora que nos produce una vida más plena y dinámica, de ahí que sea una postura de Yoga muy especial. Surya Namaskar también es una oportunidad para agradecer al Sol que con sus ciclos y su luz haga posible y sostenga la vida en la Tierra.
Chandra Namaskar tiene unas connotaciones parecidas, si bien y puesto que Chandra, la Luna representa nuestra psique, nuestras emociones y nuestra mente, con esta postura de Yoga trabajas esta parte de ti, incrementando la introspección que te lleva a un contacto y comprensión más intimo de esas emociones y de tu proceso mental, al igual que también desarrolla tu lado femenino o lunar.
La práctica de estas dos series de posturas está condicionada también por la estación del año y en el caso del saludo a la Luna por el estado creciente o decreciente de la misma.
Algo también relacionado no solamente con el Yoga son los centros energéticos de nuestro cuerpo llamados chakras y con la energía espiritual y como despertar la Kundalini. Las influencias planetarias también se manifiestan en los bloqueos y activaciones de estos centros. Para que te hagas una idea y a modo de ejemplo de manera que puedas hasta empezar a sacar tus propias conclusiones, el chakra del corazón está regido por el planeta Venus, mientras que el de la garganta por Mercurio.
En definitiva, dos ciencias milenarias con un origen común que confluyen e interrelacionan en la búsqueda y evolución personal.
El camino que nos asusta es el correcto,