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El proceso de morir: fases, señales y recomendaciones para los cuidadores
El proceso de morir y la propia muerte es una parte inevitable del ciclo de la vida , algo que en nuestra sociedad occidental actual es un tema que muchas personas prefieren evitar. No obstante, es esencial conocer el proceso, primero para aceptar esta realidad en nuestro desarrollo personal como seres humanos y después, para poder ofrecer apoyo a quienes están muriendo y a sus seres queridos.
En occidente, alguien que supo mucho tanto de morir como del duelo posterior por parte de los y las familiares que quedaron fue la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross, quien acompañó a muchas personas moribundas y a sus familiares. Fruto de ello es el tan conocido modelo de duelo de la misma autora.
Este artículo pretende desglosar las fases del proceso de morir, las señales que se pueden experimentar y observar, y brindar recomendaciones prácticas para los cuidadores. En otros posteriores contaré cómo es este proceso desde la perspectiva del Yoga y del budismo.
Fases del proceso de morir
El proceso de morir generalmente se divide en varias fases, cada una con sus características y desafíos únicos.
Fase inicial
Tiempo de duración: Desde semanas hasta meses antes de la muerte.
Características: En esta etapa, la persona puede empezar a experimentar cambios físicos y emocionales sutiles. Puede haber una disminución en la energía y un aumento en la fatiga. Los intereses en actividades diarias comienzan a disminuir y puede haber cambios en los patrones de sueño y apetito.
Señales: Pérdida de apetito, aumento de la somnolencia, disminución de la actividad social y cambios en el estado de ánimo.
Fase intermedia
Tiempo de duración: Desde días hasta semanas antes de la muerte.
Características: Los síntomas se vuelven más pronunciados. La persona puede necesitar más ayuda con las actividades diarias y puede comenzar a retirar su interés en el mundo exterior. Los problemas de concentración y la confusión son comunes.
Señales: Mayor debilidad, pérdida significativa de peso, cambios en la piel (como palidez o manchas), respiración irregular y periodos de desorientación.
Fase final
Tiempo de duración: Desde horas hasta días antes de la muerte.
Características: En esta última fase, el cuerpo comienza a apagarse. La persona puede entrar y salir de la conciencia, y los signos físicos de la muerte inminente se vuelven más evidentes.
Señales: Respiración dificultosa o ruidosa (conocida como respiración de Cheyne-Stokes), disminución de la producción de orina, extremidades frías o moteadas, disminución de la respuesta a estímulos y somnolencia profunda o coma.
Señales que se experimentan y observan en el proceso de morir
Cada persona experimenta la muerte de manera diferente, pero hay señales en el proceso de morir comunes que pueden indicar que el final está cerca. Estas señales pueden ser físicas, emocionales y espirituales:
Señales físicas durante el proceso de morir
Cambios en la respiración: La respiración puede volverse irregular, con periodos de apnea (pausas en la respiración). La respiración ruidosa o como que se está ahogando puede indicar la acumulación de fluidos en la garganta.
Pérdida del control de la vejiga y los intestinos: A medida que los músculos se relajan, la persona puede perder el control de la vejiga y los intestinos, son comunes las diarreas y perdidas del control de esfínteres.
Extremidades frías y moteadas: La disminución de la circulación sanguínea provoca que las manos, los pies y otras extremidades se enfríen y se vuelvan moteadas o azuladas.
Disminución de la ingesta de alimentos y líquidos: El apetito y la sed disminuyen drásticamente, y la persona puede dejar de comer y beber por completo.
Señales emocionales y espirituales durante el proceso de morir
Retirada y aislamiento: La persona puede mostrar menos interés en el entorno y preferir estar sola, se puede sentir molesta por ruidos o actividad a su alrededor. Puede haber una disminución en la interacción social y verbal.
Desorientación y confusión: La desorientación respecto al tiempo, el lugar y las personas es común. No es raro que aparezcan visiones y/o conversaciones con personas que no están presentes, normalmente personas ya fallecidas.
Necesidad de resolución: Muchas personas sienten la necesidad de resolver asuntos pendientes y despedirse de sus seres queridos. Pueden buscar reconciliación y expresar amor y gratitud hacia estos.
Recomendaciones para las personas que cuidan durante el proceso de morir
Cuidar a una persona moribunda es una tarea desafiante, pero también emocionalmente intensa, dura y liberadora que, desde un punto de vista egoísta, puede suponer un salto de gigante en el desarrollo personal de la persona que cuida. Aquí hay algunas recomendaciones para los cuidadores:
Proporcionar confort físico durante el proceso de morir
Control del dolor: Asegurarse de que la persona esté cómoda y libre de dolor es primordial. Consultar con el equipo de atención médica para ajustar la medicación según sea necesario.
Higiene personal: Mantener la piel limpia y seca para prevenir úlceras por presión. Cambiar las posiciones de la persona regularmente para evitar el desarrollo de llagas.
Ambiente tranquilo: Crear un ambiente tranquilo y sereno puede ayudar a reducir la ansiedad. Mantener una iluminación suave y evitar ruidos fuertes.
Apoyo emocional y espiritual en el proceso de morir
Presencia y escucha: La presencia calmante de un cuidador puede ser reconfortante. Escuchar sin juzgar y ofrecer palabras de consuelo puede ayudar a aliviar el miedo y la ansiedad.
Comunicación abierta: Hablar sobre la muerte y permitir que la persona exprese sus pensamientos y sentimientos puede ser terapéutico. Preguntar si hay algo específico que les gustaría discutir o hacer.
Rituales espirituales: Respetar y apoyar los rituales y prácticas espirituales de la persona puede proporcionar un gran consuelo. Esto puede incluir la oración, la meditación o la presencia de un líder espiritual.
Autocuidado para los cuidadores en el proceso de morir
Reconocer los límites: Cuidar a una persona moribunda puede ser agotador. Es crucial reconocer los propios límites y buscar apoyo cuando sea necesario.
Buscar apoyo: Unirse a grupos de apoyo para cuidadores puede ofrecer un espacio para compartir experiencias y obtener consejos. No dudar en buscar ayuda terapéutica si se siente abrumado.
Tiempo para uno mismo: Tomarse tiempo para actividades que recarguen la energía es esencial. Ya sea una caminata, leer un libro o simplemente descansar, el autocuidado es fundamental para mantener la fortaleza física y emocional.
El proceso de morir es una experiencia profundamente personal y única para cada individuo. Comprender las fases, las señales y cómo proporcionar el apoyo adecuado puede hacer una diferencia significativa para la persona que está muriendo y sus seres queridos. Los cuidadores desempeñan un papel crucial en este viaje, y su compasión, presencia y cuidados pueden brindar consuelo y dignidad en los momentos finales de la vida.
El camino que nos asusta es el correcto