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Los Pranayamas son prácticas yóguicas conocidas en India hace más de 4.000 años. Prueba de ello es que algunos textos del período pre-budista hablan ya del uso de estas técnicas. Se puede decir que son prácticas muy profundas con las que se alcanzan elevados estados de consciencia al igual que forman parte de los métodos para despertar la Kundalini. Por tanto deben ser siempre enseñadas por un maestro de Yoga cualificado.
En los Pranayamas trabajas con el Prana, algo que, de forma muy resumida, te explico a continuación.
El Prana
Para los yoguis el Universo esta compuesto de Akasha (éter cósmico) y Prana (energía primal o vital). Cuando el Prana actúa sobre Akasha aparece la materia en todas sus formas. Esta idea tiene su equivalente en la Física cuando se dice que la materia es una forma “ordenada” de energía.
El Prana es pues la energía vital que configura nuestro cuerpo físico y el resto de cuerpos de los que estamos formados (el pránico o energético, etc.).
La palabra sánscrita “Prana”, es una combinación de las sílabas, “Pra” y “Na” y está relacionada con la constancia y el movimiento permanente. El Prana existe en todos los seres vivos siendo la energía que subyace en toda acción, voluntaria o involuntaria, pensamiento, cada nivel del cuerpo y la mente. Es también compleja y multi-dimensional: una combinación de las energías eléctrica, magnética, térmica, fotónica y mental; todas ellas al mismo tiempo distintas manifestaciones de un Prana cósmico o universal.
El Prana también existe en el mundo no sensible, carente de emociones, inanimado o inorgánico, donde provoca movimiento, crecimiento y decrecimiento.
En una persona se extiende por todo el ser, generando y fluyendo por lo que los yoguis llaman Pranamaya Kosha: el cuerpo energético o pránico. Un nivel más sutil que el físico y normalmente invisible al ojo humano. Su existencia se percibió por primera vez mediante el sistema fotográfico Kirlian, que mostró un halo llamado “aura” envolviendo a personas y objetos. También se ha observado que esta halo cambia de acuerdo con el estado de la persona u objeto.
En el cuerpo pránico el Prana fluye a través de unos canales energéticos llamados Nadis y confluye en los denominados Chakras, centros de acumulación de energía. El movimiento que realiza por los canales principales centrales es ascendente y da lugar a una especie de espiral: la Kundalini, la energía que despierta la consciencia.
El Prana es inherente al ser. Para el yogui hemos nacido con una cantidad que mantenemos, incrementamos o disminuimos con el aire que respiramos, la comida que ingerimos, los pensamientos que tenemos, las acciones que desarrollamos y el tipo de vida que llevamos. Cuando morimos esta energía abandona el cuerpo.
Se dice que el Prana es el caballo y el Atmán, el alma, la mente o ser, el jinete.
Para un yogui el Cosmos entero está vivo, en movimiento y constante vibración. Por tanto el Prana, como energía vinculada a ese movimiento, está presente en cualquier manifestación de la creación: una galaxia, un planeta, un árbol, un insecto o un átomo. Si no hay Prana no hay existencia.
Los Pranayamas
Y una vez aclarado un poco el concepto de Prana, ¿qué son los Pranayamas?
Patañjali en sus Sutras del Yoga los sitúa como la cuarta rama de las ocho que forman todo el compendio filosófico. Son técnicas desarrolladas por yoguis muy evolucionados que, basándose en la intuición, la experiencia y el conocimiento, alcanzaron una comprensión de la influencia del Prana sobre la existencia del ser humano en sus distintos niveles y del Universo entero.
Pranayama es una palabra compuesta por “Prana” y “Ayama”, esta última significa control o dominación. De ahí que los Pranayamas sean técnicas para el control del Prana. Pero no desde la restricción, sino para que su flujo sea a tu voluntad y de forma determinada. Decir que los Pranayamas son solamente “ejercicios respiratorios” sería muy limitado, pues su finalidad va más allá: mediante la obtención, acumulación y control de la energía vital en tu cuerpo consigues llegar a estados de consciencia y trascendencia muy elevados.
En este proceso igual que con otras practicas yóguicas: Asanas, Bandhas, etc., se produce una purificación y desbloqueo de los Nadis, Chakras y todo tu cuerpo energético, volviéndose este vibrante, luminoso y radiante.
Mediante el trabajo con la respiración accedes al campo pránico y al sistema cuerpo-mente-espíritu. En los Pranayamas, la respiración se divide en tres fases:
- Inhalación (Pooraka),
- Retención (Kumbhaka)
- Exhalación (Rechaka)
Aunque Patañjali en el Sutra 49 del Sadhana Pada de los Sutras del Yoga, dice:
“Pranayama es la pausa segura en el movimiento de inhalación y exhalación”
y literalmente sería la retención o Kumbhaka, manejando estas tres fases es como realizas los diferentes Pranayamas.
En la retención creas un periodo más o menos largo de asimilación de Prana junto al control sobre su flujo y distribución. Como la respiración está también conectada íntimamente con funciones y órganos del cuerpo así como con la mente y el cerebro, con su control también ejerces influencia sobre ellos.
En las fases iniciales de la práctica los Pranayamas limpian los canales energéticos del cuerpo. Las escrituras describen alrededor de 72.000 de estos Nadis junto a seis Chakras principales situados a lo largo de la columna vertebral más el de la coronilla.
En la mayoría de nosotros muchos de estos canales energéticos están bloqueados y los Chakras no liberan energía de forma plena, por lo que utilizamos sólo parcialmente todo nuestro potencial en términos de energía, mente y consciencia.
Para el Yoga, las negatividades que experimentas, tanto físicas como mentales, son la consecuencia de estos bloqueos. El estado de tus Nadis y Chakras tanto en el momento de tu nacimiento como a lo largo de la vida viene determinado por los condicionamientos físicos y mentales así como por tus cualidades innatas y posibilidad de evolución.
Con la práctica de los Pranayamas estos canales de energía gradualmente se desbloquean y el Prana va fluyendo a través de ellos.
En niveles avanzados de práctica, el flujo pránico queda totalmente bajo tu control y puede ser dirigido ya que los Nadis están desbloqueados, liberándose una gran cantidad de energía desde los Chakras y consiguiendo estados mentales y meditativos muy elevados.
Como te decía al principio y dado lo intensas y peligrosas que pueden ser estas técnicas y lo difícil de manejar sus efectos, es esencial un guía o maestro para la práctica de Pranayamas que lleve al estudiante por un camino secuencial y equilibrado desde lo más burdo a lo sutil.
Los Pranayamas te introducen en un estado muy profundo en el que percibes cada sensación como una manifestación de “lo Supremo”. En donde puedes ir ampliando la capacidad de retener la respiración durante espacios largos de tiempo, permaneciendo en ese estado de vacío, de paz interior que experimenta la mente cuando se expande, cuando el Prana traspasa los límites físicos, cuando conecta con lo trascendente, con lo Absoluto, cuando percibe la fusión y la unicidad con el Universo entero, cuando te sitúas a las puertas del Samadhi. Eso es el principio del Yoga.
El camino que nos asusta es el correcto,