David Illán

Yoga clásico y Astrología védica
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Menos es más en la felicidad: Santosha, el segundo de los Niyamas

Tiempo estimado de lectura, 5 minutos
Menos es más en la felicidad: Santosha, el segundo de los Niyamas

Santosha forma parte del conjunto de cinco actividades denominadas Niyamas; un grupo de prácticas o hábitos de vida recogidos en los Sutras del Yoga del maestro Patañjali con las que, un yogui o una yoguini, se compromete junto con los Yamas para crear los cimientos de su evolución personal y desarrollo espiritual. Si recuerdas, además de Santosha, para Patañjali los Niyamas son cinco:

  • Shaucha (purificación),
  • Tapas (austeridad, autodisciplina),
  • Svadhayaya (estudio escrituras y autoconocimiento),
  • y Ishvarapranidhana (amor y devoción hacia lo divino).

y la primera de las ocho ramas, los Yamas, también son cinco; aquí tienes la posibilidad de saber más sobre ellos:Ahimsa (no-violencia), Satya (honestidad), Asteya (no robar), Brahmacharya (preservar la energía sexual) y Aparigraha (ligero de equipaje).

Santosha se traduce del sánscrito como satisfacción, contento y también como estar o permanecer en calma.

De esta traducción se puede definir la práctica o desarrollo de Santosha como la eliminación y la ausencia de codicia, avidez o más claramente de ambición y deseo.

Santosha significa permanecer en un estado mental de calma, paz y satisfacción en cualquier situación en la que te veas en la vida. Cuando te encuentras en ese estado lo que experimentas es una inmensa, profunda y serena felicidad.

Patañjali en el sutra 2.42 habla del gran beneficio que se consigue de mantener tu mente en el Santosha, dice:

“Como resultado del contento, uno alcanza una inmensa felicidad”

A un nivel básico, el contento al que se refiere Patañjali se genera con la serenidad y paz interior que surge al desconectar de tus apegos y deseos independientemente de lo que te suceda en la vida. Digo a un nivel básico porque según vas desarrollando este Niyama las implicaciones en la psique son cada vez más profundas.

Vivimos en una sociedad identificada como “moderna” en la que hay un ambiente marcado por el deseo. Un deseo desmedido a tener, hacer, ser…; con este clima, practicar el Santosha o vivir en el contento supone un punto de vista muy diferente a ese ambiente.

Me viene a la memoria lo que escucho decir a mis estudiantes: “eso está muy bien, sería lo ideal pero…, es muy difícil”.

Y…, tienen toda la razón; hay que pensárselo dos veces para asumir este planteamiento.

Santosha supone una completa desprogramación personal respecto a ese ambiente social. Desde que vienes a esta vida por no decir incluso antes, ya te llegan por el cordón umbilical (figuradamente hablando) toda una serie de condicionamientos debido a las expectativas conscientes o inconscientes de los padres a los que también a su vez les llegaron.

Somos programados para formar parte de esta sociedad en la que estamos convencidos, y si no nos convencemos mediante la publicidad o incluso mediante un sistema educativo que considera como “buenas” unas determinadas cualidades, que la felicidad está en el exterior. Y la forma de conseguirla es precisamente teniendo, haciendo, siendo…; dejar este planteamiento de vida es algo ciertamente muy difícil. Sobre todo porque, como decía J. Krishnamurti:

“el ser humano ha creado una sociedad basada en una serie de patrones como la agresividad, la competitividad, la codicia o el deseo. Y esa sociedad la ha ido construyendo el propio ser humano a lo largo de la historia”, por lo que es algo que llevamos incrustado.

Romper con esa tendencia, volver la mirada hacia el interior y buscar la felicidad donde realmente se encuentra es la autentica revolución, en este caso de la consciencia.

Patañjali habla de cinco obstáculos o Kleshas en el camino del Yoga (ignorancia, ego, deseo, aversión, miedo a la muerte).

Debido a la ignorancia y a no tener presente la impermanencia de las cosas, el ego se va construyendo y haciendo más grande ocultando nuestra verdadera naturaleza detrás de una máscara. Al mismo tiempo va generando apego hacia lo que necesita para mantener su existencia. Cuando desaparece lo que para el ego es permanente y forma parte de sí (un coche, un trabajo, una casa, una relación, una posición social,…), surge el sufrimiento y el deseo por tener otro o tener más. Entonces entras en un circulo vicioso, un bucle sin fin donde no experimentas nunca una felicidad duradera y permanente.

Al contrario, te mantienes en un estado de infelicidad más o menos evidente del que no puedes salir, entre otras cosas porque la felicidad no es algo que “se puede comprar”.

A más apego más infelicidad y también menos libertad; caes así totalmente en el sometimiento y la “esclavitud” hacia lo externo. Es como una adicción. Entras en una espiral de competición, agresividad, narcisismo, individualismo que conlleva frustración, sufrimiento, crisis y pérdida de autoestima, entre otras. Es curioso que los mayores egos suelen corresponder a las personas que más miran hacia afuera, más esclavizadas con lo externo y con una menor autoestima.

El ego te hace tener fuertes deseos por cosas que no tienes y aversión o incluso fuerte rechazo por aquellas que no te gustan. En el Mahabharata, un texto clásico se dice:

“el deseo es algo muy difícil de abandonar para aquellos con pensamientos corruptos, incluso en la decadencia de la vejez. La persona sabia que abandona ese anhelo esta llena por todos lados de felicidad”.

El mensaje de Patañjali cuando habla de Santosha es simple: para ser feliz en la vida necesitas aprender a aceptar tu situación actual. Para ello, al margen de lo material, es necesaria una aceptación personal: “Soy lo que soy y me acepto”. Solo así la felicidad entra en tu corazón.

Santosha es vivir en el presente, sin juicio ni valoración. Mantener un estado de atención plena donde permanentemente debes preguntarte si las cosas materiales y mundanas realmente las necesitas o responden a una constante necesidad de satisfacción, un deseo por ser, tener o hacer.

Con esto no quiero decir que la forma de vida ideal sea con penurias y en la miseria. Hablo de cambiar a una actitud de sencillez y simplicidad ante la vida de manera que “Menos es más”.

Lo cual hace también que desarrolles mayor respeto hacia el lugar en donde vives y el planeta Tierra, intentando dejar de tu paso una huella ambiental mínima.

Estar en el contento no significa tener una actitud “pasota” y permanecer sin hacer nada con tu vida. Realmente cuando estás en una satisfacción sincera, seguro alguna vez lo has sentido, surge una inmensa energía, un gran dinamismo y entusiasmo por la vida. No es resignación si no tener la fuerza de voluntad y determinación necesarias para hacer los cambios en la vida que te conduzcan a la felicidad. Es pensar que todo está bien como está; no tener sentimiento de culpa ni remordimiento por decisiones o acciones pasadas.

Santosha es conectar con tu propia naturaleza, construida en el amor y la compasión, y de la que te alejas cuando crees que está formada por todo aquello impermanente que piensas necesitas para ser feliz.

Cuando practicas Asanas u otras técnicas del Yoga es sentir ese momento, las sensaciones, la inmensa suerte de poder trabajar e invertir en tu felicidad; es permanecer en el equilibrio y la ecuanimidad, aun cuando la experiencia pueda ser dolorosa o con sufrimiento físico.

En el Bhagavad Gita se dice:

“Tu derecho u obligación como ser humano es solamente para actuar; no te creas con el merecimiento de recibir los frutos de la acción. No te consideres como el creador de los frutos de tus actividades; ni te quedes en el apego a la inactividad. Permanece inmerso en la unión, realiza lo que sea necesario, abandona el apego a los frutos, sé indiferente al éxito o al fracaso. Esta actitud es lo que se denomina Yoga” (Bhagavad Gita v.47-48).

Aunque no es literal, a mí me gusta sentir este pensamiento:

“Que pueda tener serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que pueda y sabiduría para saber diferenciar”

El camino que nos asusta es el correcto

 

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En busca de la pureza de espíritu: Shaucha, el primero de los Niyamas

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En busca de la pureza de espíritu: Shaucha, el primero de los Niyamas

Shaucha se traduce literalmente del sánscrito como “limpieza” o “claridad” y está recogida en los Sutras del Yoga del maestro Patañjali como la primera de un conjunto de prácticas denominadas Niyamas, las cuales forman la segunda rama del Ashtanga o camino del Yoga basado a su vez en ocho grupos de prácticas espirituales.

Sobre la primera de las ocho ramas, los Yamas, puedes consultar estos artículos que hablan de cada una de las prácticas recogidas con este nombre:

  • Ahimsa (no-violencia),
  • Satya (honestidad),
  • Asteya (no robar),
  • Brahmacharya (preservar la energía sexual),
  • y Aparigraha (ligero de equipaje).

Además de Shaucha, para Patañjali los Niyamas son cinco:

  • Santosha (satisfacción personal),
  • Tapas (austeridad, autodisciplina),
  • Svadhayaya (estudio escrituras y auto-conocimiento),
  • y Ishvarapranidhana (amor y devoción hacia lo divino).

Una vez estamos situados un poco respecto a la estructura del camino óctuple del Yoga que explica Parañjali, tengo que decir que el camino espiritual, nuestra evolución personal, es una senda estrecha, angosta, llena de dificultades y miedos, donde se experimenta una gran sensación de vacío y en la que, excepto muy pocas personas, la gran mayoría despertamos o decidimos andarlo arrastrando una y pesada mochila que nos condiciona y lastra.

En este sentido Shaucha tiene una implicación muy profunda con el concepto de pureza, tanto en el plano físico, como el energético, mental, emocional y sobre todo espiritual. Pureza de cuerpo, mente, acciones, habla para que florezca la pureza del espíritu.

En el proceso de evolución personal es necesario ir eliminando los impedimentos y obstáculos; las impurezas que, por un lado traemos a esta vida debido al karma y por otro generamos a lo largo de ella; Shaucha surge entonces como práctica para limpiar el camino en nuestro despertar hasta alcanzar un estado prístino y puro.

Patañjali habla de Shaucha como algo necesario, imprescindible para ir desprendiéndote de lo innecesario, de lo que te contamina e ir purificando toda tu existencia en los distintos planos.

– Shaucha en el plano físico

En un primer nivel, Shaucha se asocia a la pureza física. Según distintas tradiciones espirituales como las enseñanzas del Tantra, tu cuerpo es algo muy precioso. Como resultado de tu karma has conseguido nacer con un cuerpo físico, no de un insecto o un animal, sino el de un ser humano. Buda decía que esto es extremadamente difícil.

Piensa en la cantidad solamente de hormigas que hay en nuestro planeta respecto a la de seres humanos. Una relación muy alta. Piensa ahora respecto al resto de seres vivos conscientes (mamíferos, reptiles, etc.) la relación se hace muchísimo más grande.

Piensa ahora por un momento las cualidades y dones que puedes disfrutar en esta vida si tienes un cuerpo sano: ver, oír, tocar, caminar, hablar, viajar donde quieras, realizar cualquier tipo de actividad, etc.; pero sobre todo, discernir, ser consciente.

Piensa también en la cantidad de personas que no pueden hacerlo por enfermedad, problemas físicos, incapacidad, etc.

Por tanto cuando observes tu cuerpo y lo percibas, deberías sentirlo como algo muy valioso.

El enfoque no es ni mucho menos de “culto al cuerpo”, sentirse bella o bello, sino de cuidar, preservar, proteger. No debes olvidar que por la propia impermanencia de los agregados materiales el cuerpo es algo al mismo tiempo efímero, temporal, con un final cuando te marches al morir.

Su valor se basa en las capacidades que te diferencian del resto de seres vivos, en esa temporalidad, en que eres algo único y en que tu mente, Atman, espíritu, en esta reencarnación viaja en él. Igual que un barco en buenas condiciones el cuerpo te debe servir y debes utilizarlo para poder atravesar este océano del Samsara y llegar a la orilla de la felicidad. Por tanto hay que eliminar sus impurezas para usarlo el mayor tiempo posible en beneficio de hacer ese camino en las mejores condiciones. Recordando a Buda, quien sabe cuando y como volveremos otra vez.

Shaucha te lleva a cuidar el cuerpo y mantenerlo lo más limpio y libre de toxinas posible.

Prestar mucha atención a la alimentación, siguiendo una dieta yóguica basada en el vegetarianismo, sencilla, de fácil digestión, de pocos residuos, pensando en que en gran medida “somos lo que comemos”.

Realizar baños o abluciones diarias, cuidando la piel al igual que otras técnicas, las más conocidas son las siguientes, todas ellas con sus variantes y divisiones:

  • Nauli: movimientos abdominales para estimular la peristaltis de los intestinos, tonificar los órganos y vísceras de la cavidad, evitar el estreñimiento y favorecer la eliminación.
  • Neti: limpieza de mucosidad en las fosas nasales y senos sinusoidales para eliminar bacterias y toxinas y optimizar la respiración.
  • Ayunos.
  • Jihva Dhauti: limpieza de la lengua, en donde se acumulan residuos, toxinas, y desechos.
  • Hrid Dhauti: limpieza del esófago y estómago.
  • Bhasti: limpieza de colon.
  • Trataka: limpieza de ojos.
  • Panchkarma: técnica del Ayurveda para eliminación de toxinas de nuestro cuerpo.
  • Kappalabhati: limpieza del sistema nervioso.
  • Limpieza de dientes, garganta, oídos, recto, ano.
  • Técnicas para purificar los sistemas respiratorio, digestivo, circulatorio, linfático, inmunitario.

Shaucha a nivel físico está también relacionado con tu entorno y el medioambiente. Puesto que algo tan valioso va a estar influido por este, donde vives, practicas Yoga o meditación, trabajas, etc., deben estar lo más limpios y puros posible. Piensa que tu entorno también es reflejo de tu mente.

Shaucha te lleva a que la limpieza sea un ritual, mediante prácticas de purificación, con la quema de incienso, creación de altares, de ambientes, con presencia de imágenes u objetos devocionales o de inspiración positiva y espiritual. Vivir y mantenerte en un entorno lo más puro, con un ambiente o aire también lo más limpio y puro, con el mayor contacto posible con la Naturaleza. Que todo, pero especialmente tus prácticas de Yoga sean consideradas por ti algo sagrado mediante la generación de una motivación para ello o Sankalpa.

– Shaucha en el plano energético

Shaucha en este nivel se realiza con técnicas denominadas Kriyas. Algunas de las anteriores como Nauli, Kappalabhati tienen un componente de purificación energético.

Pero específicamente, Kriyas son la forma superior del Pranayama y con las que adquieres control sobre la energía vital, el Prana, pero en su forma más sutil. Consigues dominio sobre los vientos kármicos movidos por esa energía en su formas más elevada de manera que también tu karma se va purificando.

El cuerpo pránico o energético se purifica, se abren y purifican los nadis o canales, se desbloquean y armonizan los chakras, la mente se aquieta y pasa a un estado expandido y no ordinario de percepción y conexión en el cual se llega a experimentar el éxtasis, el trance, estados no ordinarios de unión. Las prácticas de Kriyas son siempre enseñadas de maestro a discípulo.

– Shaucha en el plano mental y emocional

Para la mayoría de nosotros que estamos más o menos en lo mundano, quizá lo más difícil y cercano, y también lo menos esotérico y atrayente, entre comillas, sea desarrollar Shaucha en la mente y con las emociones.

Es lo cotidiano, lo del día a día en nuestras relaciones de todo tipo: familiares, sociales, etc. No se hace encima de la esterilla de Yoga, en la sesión o centro de Yoga y ya está. Ahí, en mi opinión, se va con los “deberes” hechos.

Shaucha en este nivel implica un trabajo muy importante, arduo y duro. Como punto de partida tienes que aceptar, dejar marchar, no aferrarte a lo que eres. Transformar la mente, tu estado interior, la visión del mundo y de tu lugar.

Trabajar en el banco de pruebas de la vida que es cada momento en tu día a día con los “seis venenos de la mente” y los cinco obstáculos o Kleshas de los que habla el maestro Patañjali:

  • Ignorancia
  • Ego
  • Apego
  • Aversión
  • Miedo a la muerte

En el Budismo y Yoga se dice de los “venenos” que afectan negativamente a tu evolución espiritual, crean sufrimiento y karma negativo. Estos venenos son:

  • Kama (deseo, lujuria),
  • Krodha (enfado),
  • Moha (engaño),
  • Lobha (orgullo),
  • Matsarya (celos, envidia)
  • y Mada (pereza).

En la medida que mantienes pensamientos o emociones negativas con situaciones o personas, permaneciendo bajo la influencia de estos “venenos”, tu interior, tu mente se mantiene impura o incluso incrementa las impurezas.

Shaucha se va estableciendo cuando vas lentamente transformando tu mente y por tanto tus emociones para desarrollar cualidades como Maitri (amabilidad), Karuna (compasión), Sukkha (felicidad), Upekshanam (ecuanimidad) y generosidad.

Es algo muy pobre limitarte a una actitud benevolente, amorosa y compasiva exclusivamente en una sesión de Yoga cuando practicas Asanas o Pranayamas; Shaucha debe estar presente en todo momento.

No se trata tampoco de estar con una actitud de “pensamiento positivo” de forma artificial, esto te hace más daño que beneficia.

Tienes que liberar, soltar todas aquellos pensamientos y emociones negativas, para que se establezca Shaucha y tu mente progresivamente vaya estableciéndose en la pureza.

Para ello la meditación es necesaria en ese trabajo de transformación y liberación.

Los tres planos, físico, energético y mental de Shaucha están integrados y forman parte de un todo. Para llevar a cabo la Astrología védica, cuyo origen es el mismo del Yoga, establece diversas prácticas y rituales conocidas como remedios astrológicos.

Para ser un auténtico yogui o una yoguini, la práctica debe ser tu vida, no solamente durante las sesiones de Asanas sobre tu esterilla.

Trabajando incansablemente con tu mente, con todo tu ser, con tu espíritu, se va produciendo la transformación y poco a poco va emergiendo y brillando la luz de tu naturaleza interior.

El camino que nos asusta es el correcto

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Pranayamas, técnicas para alcanzar elevados estados de consciencia

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Pranayamas, técnicas para alcanzar elevados estados de consciencia 1Los Pranayamas son prácticas yóguicas conocidas en India hace más de 4.000 años. Prueba de ello es que algunos textos del período pre-budista hablan ya del uso de estas técnicas. Se puede decir que son prácticas muy profundas con las que se alcanzan elevados estados de consciencia al igual que forman parte de los métodos para despertar la Kundalini. Por tanto deben ser siempre enseñadas por un maestro de Yoga cualificado.

En los Pranayamas trabajas con el Prana, algo que, de forma muy resumida, te explico a continuación.

El Prana

Para los yoguis el Universo esta compuesto de Akasha (éter cósmico) y Prana (energía primal o vital). Cuando el Prana actúa sobre Akasha aparece la materia en todas sus formas. Esta idea tiene su equivalente en la Física cuando se dice que la materia es una forma “ordenada” de energía.

El Prana es pues la energía vital que configura nuestro cuerpo físico y el resto de cuerpos de los que estamos formados (el pránico o energético, etc.).

La palabra sánscrita “Prana”, es una combinación de las sílabas, “Pra” y “Na” y está relacionada con la constancia y el movimiento permanente. El Prana existe en todos los seres vivos siendo la energía que subyace en toda acción, voluntaria o involuntaria, pensamiento, cada nivel del cuerpo y la mente. Es también compleja y multi-dimensional: una combinación de las energías eléctrica, magnética, térmica, fotónica y mental; todas ellas al mismo tiempo distintas manifestaciones de un Prana cósmico o universal.

El Prana también existe en el mundo no sensible, carente de emociones, inanimado o inorgánico, donde provoca movimiento, crecimiento y decrecimiento.

En una persona se extiende por todo el ser, generando y fluyendo por lo que los yoguis llaman Pranamaya Kosha: el cuerpo energético o pránico. Un nivel más sutil que el físico y normalmente invisible al ojo humano. Su existencia se percibió por primera vez mediante el sistema fotográfico Kirlian, que mostró un halo llamado “aura” envolviendo a personas y objetos. También se ha observado que esta halo cambia de acuerdo con el estado de la persona u objeto.

En el cuerpo pránico el Prana fluye a través de unos canales energéticos llamados Nadis y confluye en los denominados Chakras, centros de acumulación de energía. El movimiento que realiza por los canales principales centrales es ascendente y da lugar a una especie de espiral: la Kundalini, la energía que despierta la consciencia.

El Prana es inherente al ser. Para el yogui hemos nacido con una cantidad que mantenemos, incrementamos o disminuimos con el aire que respiramos, la comida que ingerimos, los pensamientos que tenemos, las acciones que desarrollamos y el tipo de vida que llevamos. Cuando morimos esta energía abandona el cuerpo.

Se dice que el Prana es el caballo y el Atmán, el alma, la mente o ser, el jinete.

Para un yogui el Cosmos entero está vivo, en movimiento y constante vibración. Por tanto el Prana, como energía vinculada a ese movimiento, está presente en cualquier manifestación de la creación: una galaxia, un planeta, un árbol, un insecto o un átomo. Si no hay Prana no hay existencia.

Los Pranayamas

Y una vez aclarado un poco el concepto de Prana, ¿qué son los Pranayamas?

Patañjali en sus Sutras del Yoga los sitúa como la cuarta rama de las ocho que forman todo el compendio filosófico. Son técnicas desarrolladas por yoguis muy evolucionados que, basándose en la intuición, la experiencia y el conocimiento, alcanzaron una comprensión de la influencia del Prana sobre la existencia del ser humano en sus distintos niveles y del Universo entero.

Pranayama es una palabra compuesta por “Prana” y “Ayama”, esta última significa control o dominación. De ahí que los Pranayamas sean técnicas para el control del Prana. Pero no desde la restricción, sino para que su flujo sea a tu voluntad y de forma determinada. Decir que los Pranayamas son solamente “ejercicios respiratorios” sería muy limitado, pues su finalidad va más allá: mediante la obtención, acumulación y control de la energía vital en tu cuerpo consigues llegar a estados de consciencia y trascendencia muy elevados.

En este proceso igual que con otras practicas yóguicas: Asanas, Bandhas, etc., se produce una purificación y desbloqueo de los Nadis, Chakras y todo tu cuerpo energético, volviéndose este vibrante, luminoso y radiante.

Mediante el trabajo con la respiración accedes al campo pránico y al sistema cuerpo-mente-espíritu. En los Pranayamas, la respiración se divide en tres fases:

  • Inhalación (Pooraka),
  • Retención (Kumbhaka)
  • Exhalación (Rechaka)

Aunque Patañjali en el Sutra 49 del Sadhana Pada de los Sutras del Yoga, dice:

“Pranayama es la pausa segura en el movimiento de inhalación y exhalación”

y literalmente sería la retención o Kumbhaka, manejando estas tres fases es como realizas los diferentes Pranayamas.

En la retención creas un periodo más o menos largo de asimilación de Prana junto al control sobre su flujo y distribución. Como la respiración está también conectada íntimamente con funciones y órganos del cuerpo así como con la mente y el cerebro, con su control también ejerces influencia sobre ellos.

En las fases iniciales de la práctica los Pranayamas limpian los canales energéticos del cuerpo. Las escrituras describen alrededor de 72.000 de estos Nadis junto a seis Chakras principales situados a lo largo de la columna vertebral más el de la coronilla.

En la mayoría de nosotros muchos de estos canales energéticos están bloqueados y los Chakras no liberan energía de forma plena, por lo que utilizamos sólo parcialmente todo nuestro potencial en términos de energía, mente y consciencia.

Para el Yoga, las negatividades que experimentas, tanto físicas como mentales, son la consecuencia de estos bloqueos. El estado de tus Nadis y Chakras tanto en el momento de tu nacimiento como a lo largo de la vida viene determinado por los condicionamientos físicos y mentales así como por tus cualidades innatas y posibilidad de evolución.

Con la práctica de los Pranayamas estos canales de energía gradualmente se desbloquean y el Prana va fluyendo a través de ellos.

En niveles avanzados de práctica, el flujo pránico queda totalmente bajo tu control y puede ser dirigido ya que los Nadis están desbloqueados, liberándose una gran cantidad de energía desde los Chakras y consiguiendo estados mentales y meditativos muy elevados.

Como te decía al principio y dado lo intensas y peligrosas que pueden ser estas técnicas y lo difícil de manejar sus efectos, es esencial un guía o maestro para la práctica de Pranayamas que lleve al estudiante por un camino secuencial y equilibrado desde lo más burdo a lo sutil.

Los Pranayamas te introducen en un estado muy profundo en el que percibes cada sensación como una manifestación de “lo Supremo”. En donde puedes ir ampliando la capacidad de retener la respiración durante espacios largos de tiempo, permaneciendo en ese estado de vacío, de paz interior que experimenta la mente cuando se expande, cuando el Prana traspasa los límites físicos, cuando conecta con lo trascendente, con lo Absoluto, cuando percibe la fusión y la unicidad con el Universo entero, cuando te sitúas a las puertas del Samadhi. Eso es el principio del Yoga.

El camino que nos asusta es el correcto,

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Solsticio de invierno 2017, conectando con tu raíz

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Solsticio de invierno 2017, conectando con tu raíz
Exordio el Tritón en el amanecer del solsticio de invierno en La Playa de La Laja, Las Palmas de Gran Canaria (El Coleccionista de Instantes)

El próximo 21 de diciembre de este año a las 16:28 hora UTC o dicho de otra manera, hora británica, que serán las 17:28 horas en España, tendrá lugar para el hemisferio norte el solsticio de invierno 2017, en donde el Sol se sitúa en el punto más bajo cuando alcanza el cenit de todo su recorrido a lo largo del año y donde la diferencia entre las horas de luz solar y de oscuridad es máxima aunque variable dependiendo donde estés. Por tanto, en este solsticio de invierno 2017 el período de luz solar será el menor de todo el año.

En un artículo anterior titulado: “Solsticio de invierno, un momento para hacer revisión”, te contaba que para la Astrología védica este fenómeno tiene lugar cuando el Sol pasa por la constelación de Sagitario (sánscrito, Dhanu) y te hacía referencia a otro artículo en donde te explico por qué esta determinación es real y observable pero en cambio no coincide con lo que establece la Astrología occidental.

El Sol en su recorrido a lo largo del zodiaco estará en este solsticio de invierno 2017 en la constelación de Sagitario y concretamente en la Nakshatra o mansión lunar de Mula, de la que te hablé también en el artículo “Saturno en Sagitario, un nuevo tiempo”, al estar este otro planeta actualmente situado en esta mansión lunar.

Mula es un conjunto de nueve estrellas al que los antiguos astrólogos védicos en observación directa decían se parecía a la cola de un león. De las nueve, las más brillantes son las que modernamente se han denominado Shaula y Lesath. Aunque astronómicamente están al final de la constelación de Escorpio, en lo que sería el aguijón, en la Astrología védica forman parte de Sagitario. Su ubicación corresponde a donde se sitúa el centro de la Vía Láctea, por lo que si durante la noche miras hacia este grupo de estrellas o esta Nakshatra, estarás mirando hacia el centro de nuestra galaxia. El solsticio de invierno 2017 y todos los de invierno en general, suceden cuando el Sol transita Mula, de ahí que para la Astrología védica el solsticio de invierno como también el de verano sean momentos especiales en los que se puede establecer una conexión con lo ancestral, con lo antiguo, con nuestros orígenes, nuestras raíces, nuestro karma antiguo y familiar a través de la conexión con los ancestros, con nuestros antepasados.

De hecho, Mula significa en sánscrito “raíz”, está vinculada con la deidad Nirrhiti, diosa de los reinos ocultos de muerte, dolor y pena y asociada a la diosa Kali. Es por tanto un momento especial de introspección y de conexión con nosotros mismos y con todo aquello que va quedando atrás en nuestro viaje de la vida.

Este solsticio de invierno 2017 además cuenta con varias diferencias astrológicas con respecto a anteriores.

El Sol llega a Sagitario, concretamente a Mula pero no está solo. Por esta Nakshatra también se encuentran transitando Saturno y Venus. Estamos además en una nueva fase de Sade Sati con todos los planetas entre Rahu y Ketu, los dos nodos lunares; fase que se inició el 8 de diciembre y terminará el 22 de diciembre. Los Sade Sati son siempre periodos de tensión y transformación. Una energía presente en este momento que, aunque pueda parecer lo contrario, está aportando positivamente a este solsticio de invierno 2017. Además Júpiter y Marte están en Libra, la sabiduría se ve alentada por la fortaleza y Mercurio retrógrado en Escorpio incrementa su intensidad en el signo de la transformación. Ocho de nueve planetas (Júpiter, Marte, Mercurio, Saturno, Venus, Sol, Luna y Ketu) se encuentran situados en el espacio celeste que hay entre Libra y Capricornio (cuatro constelaciones, 120 grados de arco de cielo).

Con este mapa celeste, en el solsticio de invierno 2017 se encontrarán dos planetas de energías complementarias, Venus y Saturno, con el Sol de energía contrapuesta y por tanto generando tensión y enemistad. Una importante concentración energética planetaria que se producirá en la Nakshatra de Mula y dentro de 4 grados de arco de diferencia. De hecho, el Sol bloqueará casi en su totalidad a Saturno y en más de un 50% a Venus.

Después de un año movido con bastantes cambios en el cielo, para este solsticio de invierno 2017 se establece un momento astrológico muy especial, con una energía global que favorece el poder realizar un trabajo de introspección de reflexión profunda y de conexión con nuestro interior.

El Sol como astro rey y dador de vida representa el Atman, nuestro ser, nuestra naturaleza esencial, primordial y primigenia. Nos conecta con el centro de la Galaxia y por extensión con el resto del Universo, por lo que nos une con el origen de todo y con nuestro origen; de donde venimos y hacia donde nos dirigimos.

Al bloquear la energía saturniana en este solsticio de invierno 2017 y la del deleite y las distracciones mundanas, el Sol nos está ayudando a liberar, facilitando la posibilidad de “sanar” y purificar nuestro karma para avanzar en la vida hacia nuevas orillas más felices, plenas y dichosas en donde nos podamos encontrar con nuestra esencia y experimentar un mayor estado de gozo. Quizá, y ya a nivel individual, para muchas personas esta tarea no sea producto de una situación placentera, por ejemplo si están en el periodo personal de Sade Sati, pero en cualquier caso, debemos pensar que es en los momentos más desagradables y duros, cuando el karma fructifica para ser reconocido y purificado o sanado.

En el artículo “Solsticio de invierno, un momento para hacer revisión” te hacía una serie de recomendaciones de practicas o actividades que puedes realizar este día; pero para este solsticio de invierno 2017 te planteo una meditación diferente que puede ser complementaria a la que te proponía en ese artículo.

En la conexión con la raíz, la nuestra personal que tiene una vinculación directa con nuestros ancestros pues a través de ellos estamos aquí, puedes realizar una meditación dirigida a tu “niño interior” a intentar rememorar momentos y situaciones de tu infancia e intentar conectar con el estado de inocencia y pureza que en ella tuviste hasta que los avatares de la vida, tu karma personal, te llevaron a ir poco a poco cubriéndolo y encerrándolo como capas de una cebolla, en una jaula dorada. Intenta conectar con ello. Un trabajo de intentar reconocerte de nuevo como un niño y sintonizar con el que permanece escondido en tu interior. Con su frescura, su espontaneidad, su alegría, su sensación de libertad.

Después de esta meditación puedes realizar la actividad de “los papelitos”, algo que les gusta mucho a mis estudiantes y alumnos y que te explico con detalle en el artículo anterior citado.

Por último, por supuesto si estás comprometido con alguna práctica yóguica, espiritual o Sadhana, es un día muy especial y auspicioso para intensificar tu práctica.

El camino que nos asusta es el correcto,

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Métodos para hacer despertar la Kundalini

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Métodos para hacer despertar la Kundalini

En el artículo Kundalini o el despertar de la consciencia te hablaba sobre esta energía, su ubicación, sus efectos, su trascendencia, su significado.

Ya que la Kundalini reside en la base de la columna vertebral “dormida”, puede despertarse por si misma al igual que puede ser inducido su despertar. De acuerdo a los textos y escrituras del Yoga conocidos desde la antigüedad y tenidos en cuenta para trabajar con esta energía, se puede activar o despertar la Kundalini utilizando una serie de métodos específicos que pueden a su vez ser practicados de forma combinada o individual.

Aquí te presento y explico muy resumidamente diez de los más importantes. La práctica del Yoga es en sí el método para ese despertar la Kundalini si bien, de manera general, cualquier camino espiritual o de autoconocimiento y evolución personal es una técnica que nos lleva a su activación.

Métodos para despertar la Kundalini

1.- El primer método no es algo que puedas desarrollar a través de ninguna técnica específica ya que resulta de una acumulación de méritos, de “buen karma” proveniente directamente de vidas pasadas. Se puede decir que en el momento del nacimiento la Kundalini puede despertarse, aunque también se dice que se puede manifestar incluso en el momento de gestación. Corresponde a personas especiales que nacen a esta vida con unas cualidades muy desarrolladas producto de esa Kundalini “despierta”. Conocemos historias sobre situaciones especiales en el nacimiento de estos seres e incluso durante su gestación.

2.- Recitación regular de un mantra. Un método seguro y poderoso pero que requiere de una disciplina y paciencia ya que es necesaria la repetición de miles, millones de ese mantra. Los mantras te los debe transmitir un maestro a través de una ceremonia de iniciación o “Diksha”, en donde además de la palabra, la entonación y el ritmo de recitación se te transmite el poder del mantra desde el corazón del maestro al corazón del estudiante o discípulo. Puedes saber más sobre mantras en los artículos:

Métodos para hacer despertar la Kundalini: recitación de un mantra

 

  • Mantras, el sonido con el que se expresa el Universo o,
  • Recitar un mantra, buscando la conexión con el Cosmos.

 

3.- Práctica de “tapas”. Una serie de técnicas relacionadas con procesos de purificación y de autodisciplina, no solo a nivel físico, sino mental y espiritual. Engloban prácticas ascéticas de autorestricción, meditación, etc. Es un proceso psicológico en el que vas eliminando aquellos hábitos que generan debilidad y bloqueo, apegos, inercias y miedos. En la medida que te vas desprendiendo de ellos vas siendo un ser más prístino y puro. Menos bloqueos por tanto energéticos y la Kundalini despierta más fácilmente. Patañjali en sus Sutras del Yoga habla de las “tapas” dentro de una de las ocho ramas llamada Niyamas necesaria para conseguir el Samadhi o unión.

4.- Pranayamas. Técnicas basadas en la respiración. Su práctica te conduce a experiencias más o menos controladas del despertar de la Kundalini. Dependerá con cuál trabajes. La práctica de los Pranayamas es técnicas respiratorias más manejables y fáciles para situaciones en las que el cambio y la transformación deban realizarse poco a poco, con una toma de consciencia antes y durante el proceso de despertar y cambio interior.

5.- Yoga Kriya. Son una forma superior de los Pranayamas. Aquí se recogen técnicas que van más allá de ser meros ejercicios de respiración, produciéndose un incremento del Prana o energía vital y su flujo, desbloqueando los canales o Nadis, activando y abriendo los chakras.  Yoga Kriya es un conjunto de prácticas muy poderosas para crear un fuego interior que termine por despertar la Kundalini. Los efectos que generan estos Pranayamas llamemos «superiores» no son siempre fáciles de conducir ya que puede conllevar experiencias también explosivas y una activación y subida rápida de la Kundalini. En este despertar se produce la consiguiente expansión de la consciencia provocando accediendo a planos y niveles que producen a su vez una rápida transformación. Esto es muy difícil de manejar. De ahí su dificultad y peligrosidad, sobre todo a nivel energético y emocional, y la necesidad de que debas practicar bajo la dirección de un maestro cualificado.

6.- Meditaciones en movimiento y vibracionales. Suelen ser meditaciones guiadas en las que, con movimientos del cuerpo de acuerdo al ritmo de determinadas músicas, junto con la respiración puede producirse el despertar de la Kundalini. Otras tradiciones posteriores como la sufí, las danzas sagradas de Gurdjíeff o meditaciones dinámicas de Bhagwan Rajneesh, Osho, utilizan este tipo de meditaciones.

7.- Yoga Raja o real. A través de prácticas de concentración y meditación profundas. Un proceso en el que necesitas de tiempo, mucha paciencia y disciplina por la gran dificultad que entraña y que, lleva paulatinamente a un desprendimiento de todos los bloqueos kármicos y energéticos a través de la eliminación de los Samskaras hasta llegar a despertar la Kundalini.

8.- Utilización de plantas. Práctica llamada Aushadhi y que, aunque pueda parecer, no consiste en tomar drogas sino una serie de plantas conocidas desde la antigüedad denominadas maestras o sagradas y en momentos muy concretos. Es el método más rápido pero también el más peligroso. En los textos antiguos védicos se habla de una sustancia denominada Soma. Los persas hablaban de otra parecida llamada Homa. En América se conoce del uso de determinadas plantas sagradas y sus jugos por parte de los pueblos indígenas. Este método debe ser practicado siempre con la iniciación y cuidado de un maestro experimentado ya que el despertar la Kundalini puede ser de forma muy rápida y explosiva, la activación de todas las partes del cerebro, la apertura de chakras y la experiencia de tipo transpersonal puede ser difícil de manejar sin un maestro. También con mucha cautela en cuanto a la degeneración y mal uso que esta práctica está teniendo en los últimos tiempos sobre todo en occidente.

9.- El octavo método se puede llamar iniciación tántrica. Considerada secreta, se realiza a través de la transmisión directa desde un maestro al discípulo. En este método todo es normal; no hay visiones, ni experiencias extraordinarias, de expansión a estados no ordinarios de la consciencia, como si no hubiese pasado nada, hasta que sin una percepción clara o voluntariedad el despertar se produce.

10.- Shaktipat o transmisión de la energía por parte de un maestro o maestra iluminado durante lo que se denomina el Satsang o estado de asociación con el maestro o maestra. Puede ocurrir de muchas maneras, en su presencia, con una palabra, un gesto, recibiendo sus enseñanzas, meditando con él, etc.

Métodos para hacer despertar la Kundalini: auto-rendición

11.- La autorendición. Este es un método complicado para la mentalidad occidental. Aceptar y al mismo tiempo entregarse, rendirte a la creencia de la existencia de la Kundalini y que surgirá y se despertará cuando tenga que ser y cuando interiormente y de verdad estés preparada o preparado. De acuerdo a las tradiciones orientales, cuando fructifique el karma para ello. Mientras tanto, tienes que practicar sin cesar, sin esperar recompensa, sin plantearte ningún objetivo más allá de la devoción y la aspiración a que pueda despertar en algún momento de tu vida y poder alcanzar ese estado de evolución última, de unión y de felicidad. Desear que pueda despertar para que con su fuerza puedas ayudar y acompañar con el amor y la compasión a todos los seres. Y si no pudiese ser en esta vida, no desistir con la certeza y creencia que estarás sembrando para la siguiente.

El camino que nos asusta es el correcto,

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